Reto semanal entregable del módulo 2: ¡Hagamos historia!
Joaquín Sánchez, el cura que llama a
la desobediencia "por un mundo más justo"
Yo no voy a
buscar a nadie que destaque a nivel internacional o nacional. Lo voy a hacer de
alguien vivo, que lucha por sus semejantes a nivel regional, que se implica con
sus conciudadanos como mejor sabe hacer. Alguien sencillo y, al mismo tiempo,
ilustrado, y, sobre todo, sin pelos en la lengua; o sea, valiente a la hora de
decir frontal y francamente lo que cree o lo que piensa sobre un caso o sobre
un tema particular, sin dejarse amilanar, a pesar de las presiones de
determinados colectivos y de los poderes públicos establecidos, a pesar de las coacciones
de los poderes fácticos existentes, muy poderosos. Y más en una región como la de Murcia donde
predomina una ideología entre conservadora y muy conservadora, rayando la
extrema derecha, según las conclusiones que extrapola de vez en cuando el
barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Me refiero a
Joaquín Sánchez, 'el cura de la PAH'.
Hijo de una familia humilde, que ya desde joven, va descubriendo una realidad
que, gracias a los educadores de Confirmación, y más tarde a su incorporación
al Movimiento Junior, le hacen darse cuenta de que la fe debía manifestarse en
una conversión personal y en un compromiso social, revelando así una dimensión
más comprometida y profunda.
Realiza sus
estudios de Teología en la Facultad de Granada, en los momentos en los que aún
se vivía el espíritu del Concilio
Vaticano II y la Teología de la liberación, y es indudable que esto también
fue de gran influencia en la manera de ejercer el ministerio sacerdotal.
Es ordenado
sacerdote en julio de 1987, siendo su primer destino una parroquia situada en
un barrio de Cieza, con un amplio sector de marginación social. Intentando ser
fiel al espíritu de Jesús de Nazaret opta por los más desfavorecidos, y se
dedica a promover y crear medios a nivel institucional y a realizar labores con
carácter solidario. Entiende que lo celebrativo, lo catequético y la justicia
social están interrelacionados. Es por ello que, junto con otros colaboradores,
se crea el Centro de atención al menor de La Casica,
dependiente de Cáritas y destinado a la infancia más desprotegida. Aún en la
actualidad sigue desempeñando en Cieza una importante labor de coordinación de
éste y de otros proyectos a nivel de promoción social.
Posteriormente
es destinado a otra parroquia más próxima a la capital murciana, pero su empeño en la
encarnación por los más débiles no resulta fácil de viabilizar a través de las
labores parroquiales, y es gracias a su incorporación
a la HOAC que su corresponsabilidad con la Iglesia se ve concretada,
formalizando así su trabajo como militante cristiano. Por el estilo de
evangelización, su trayectoria, su vinculación a los Centros del Menor, el
acompañamiento a la JAC de Cieza… en el año 1995 es propuesto como consiliario.
Igualmente,
en corresponsabilidad con el Ministerio Pastoral, más tarde también es
consiliario de la Delegación de Pastoral Obrera de la Diócesis de Cartagena, y,
en los últimos años, del Consejo Diocesano de Acción Católica.
Su
preocupación por el mundo de la educación y una insaciable necesidad de
formación permanente le llevan a cursar varios años de estudios de Pedagogía,
de Técnico Superior en Educación Infantil y la diplomatura en Educación Social.
Es un ávido lector y conocedor de un sinfín de libros y de materiales diversos;
aspecto de gran ayuda a la hora de preparar los planes de formación del equipo de Acción Católica.
Por su
compromiso con los últimos acepta ser capellán en la prisión de Sangonera
–desde hace ya bastantes años- y más recientemente, deja la parroquia en que se
encontraba, para ser capellán además en un Centro psiquiátrico, en un Centro
ocupacional para personas discapacitadas físicas, y en una Residencia de
personas mayores.
En todos
ellos, además de la administración de sacramentos y pastoral, acompaña a todos
y colabora y promueve múltiples actividades.
La lucha por
la justicia y los cambios sociales le hacen estar representando a la HOAC en
diversos ámbitos, siendo un elemento fundamental de unión y fraternización. Él
ha tomado la antorcha que otros muchos militantes han portado en el camino de
estar presentes, junto con otros, en las mediaciones. Es miembro del Consejo
regional para la cooperación y el desarrollo de los países del tercer mundo, en
la Coordinadora de ONGs, del Foro Social
de Murcia, participa en encuentros del Movimiento 15-M, y es promotor de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).
Igualmente,
considera de gran importancia el tener una presencia pública como vía para
expresar la denuncia profética, y, por ello, colabora de forma asidua en
diversos medios de comunicación (prensa, radio, redes sociales, y a veces en
televisión).
Aquí tenéis
las direcciones url para aquellas personas que quieran profundizar en sus
escritos:
https://www.eldiario.es/autores/joaquin_sanchez_el_cura_de_la_pah/
https://www.laverdad.es/autor/joaquin-sanchez-3314.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.es%2F
https://www.orm.es/programas/tag/joaquin-sanchez-34-el-cura-34/
Es autor de
dos libros: “La vida, un éxodo” (2004), cuya pretensión es que
sirva de reflexión sobre nuestro mundo y contribuya a abrir caminos para
trabajar por una humanidad donde el compromiso con la vida sea una motivación
constante; y el segundo libro, “Una carta de Dios” (2006), en
el que pretende acercar el evangelio a la sociedad actual, despertando la
sensibilidad que todos tenemos en nuestro interior hacia el entorno que nos
rodea y hacia el prójimo.
El afán por
contribuir a paliar el sufrimiento humano y a transformar el mundo y desde la
idea de que “Este mundo debe ser un mundo de todos y para todos”, le ha
motivado incluso a cruzar las fronteras: Formó parte de la Plataforma de ayuda a la población de Bosnia, participando en dos
ocasiones en visitas a campos de refugiados para llevar ayuda humanitaria; y
colaborando en Honduras con un proyecto para formar militantes cristianos que
se comprometan en el mundo del trabajo.
En
definitiva, es una persona de una gran sencillez, que no hace alardes de nada,
que transmite cercanía, cariño, ilusión y comprensión, y que, sobre todo, ha
sabido hacer realidad el quehacer social del cristiano y de la Iglesia de forma
anónima, sin preocuparse por las etiquetas. Este talante ha supuesto que le
fuese otorgado el Premio al Solidario
Anónimo en el año 2009 por la Universidad de Murcia. Que le valió en
febrero de 2013 el Primer Premio de
Derechos Humanos de la Asociación de Jóvenes Abogados de Murcia y que
demuestra que, lejos de la jerarquía eclesiástica, aún hay 'obreros' dentro de
la iglesia dispuestos a luchar por mejorar este mundo. O que el mayor diario
escrito de la región, La Verdad de Murcia, lo nombrara a finales de dicho año
2013, como uno de los “20 Murcianos del
Año”.
Pero a la
vez, es una persona que contagia y universaliza, que es respetada y escuchada,
y que sin llevar “banderas” o presentar un “programa”, se suma al grupo y todo
lo que hace trasciende más allá de lo concreto. No es extraño escuchar
expresiones provenientes de personas alejadas de la fe, del tipo: “Si
los curas fueran de esta manera, las iglesias estarían llenas” o “En el
Dios que testimonia, yo sí creería” …
En uno de
sus libros comenta que una de las experiencias más gratificantes ha sido poder
compartir proyectos con personas no creyentes. En ese compartir se ha aprendido
a dialogar con respeto y comprensión. En las reuniones del equipo suele
comentar con satisfacción el alto nivel de credibilidad que los militantes de
la HOAC tienen entre los compañeros de otras mediaciones, dado el compromiso
constante, el estar “en primera línea”, sin ánimo de proselitismo;
lo que no impide, ni está reñido, con que su estilo de vida sea una invitación
a la vida de fe.
Ni que decir
tiene que todo este camino no está exento de dificultades; desde algunos
relativos a la salud, a otros relacionados con sinsabores con compañeros y con
la jerarquía. En este sentido, expresa tristeza cuando los posicionamientos de
ésta se sitúan de forma alejada del mundo de los pobres y muestran desconfianza
y recelos ante la Acción Católica.
Pero, por encima de todo, está el encontrarse muy feliz con su disponibilidad y con esta vida de comunión de bienes, de vida y de acción.
Imagen extraída de cadenaser.com
Este religioso, de cerca de 60 años, ha batallado en los últimos años en muchos frentes, pero, sobre todo, su lucha ha estado siempre del lado del pueblo, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), liderando la iniciativa 'En el nombre de Dios basta ya de desahuciar y empobrecer a las familias. La persona es lo primero', que pretende recordar que la Iglesia está -o debe estar- junto a los pobres. Sánchez, cuya presencia ya es habitual en las cadenas humanas que tratan de evitar los desahucios de familias, no tiene reparos, incluso, en criticar la tibia actitud del Obispado, que no muestra una postura crítica ante el sufrimiento del pueblo. «La Diócesis mantiene su posición de retaguardia, pero nosotros entendemos que se debe estar en primera línea defendiendo a los pobres». En los últimos tiempos, la presencia de este 'cura obrero' -que ya se mostró activo en otras 'causas', como la oposición a la guerra de Irak- se ha convertido en un símbolo en las manifestaciones. No falta a ninguna protesta contra los recortes y la reforma laboral ni a los encierros en bancos contra los desahucios, parando más de 250 órdenes de condena.
No hay duda
de que el cura Joaquín es un hombre comprometido con el momento que le ha
tocado vivir, con su contexto.
El 19 de
noviembre de 2020 decía: “¿Cómo es
posible que despreciemos, que rechacemos a una persona que no nos ha hecho
absolutamente nada, que no conocemos, que no le ponemos rostro y ni siquiera
sabemos su nombre? ¿Cómo es posible que condenemos a miles de personas y les
atribuyamos una maldad, como si esas personas hubieran sido fabricadas en
serie, siguiendo un patrón? ¿Cómo es posible que si una persona comete un
delito o un acto no ético lo extendamos a todas esas personas que consideramos
que forman parte de su nacionalidad, de su cultura, de su religión? Todo esto
es posible por las ideologías del odio, que nos hace ver la realidad de una
manera violenta, deshumanizante e irracional” [https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/ideologias-odio-estrategias-enfrentamiento_132_6442619.html]
Y el 7 de
enero de 2021 escribía: “No quiero
olvidar este año 2020 porque sería olvidar a los miles de muertos, sobre todo,
nuestros mayores en las residencias, quienes murieron solos, alejados de la
familia. Que fueron despedidos en el silencio y en soledad, solo con la familia
estricta. No quiero olvidar porque no quiero que se repita esta situación y
porque quiero que las residencias sean espacios de salud, seguridad y vida
afectiva y social. No quiero olvidar, porque no quiero, que la atención a
nuestros mayores sea un negocio ¿Qué hacen los fondos buitres o empresas de
construcción gestionando residencias de mayores?” [https://www.eldiario.es/murcia/murcia-y-aparte/no-quiero-olvidar_132_6732949.html].
Por todo lo
anterior, no es de extrañar que el pasado 10 de diciembre de 2020 lo pusieran
en el centro la diana. Efectivamente, en el espacio “Chispazos” del Diario La
Opinión de Murcia, uno de sus habituales columnistas, Juan Guillamón
Álvarez, (ex-Diputado del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea
Regional de Murcia, durante dos legislaturas) se refería con irresponsable
desenfado a Joaquín Sánchez acusándole de ser «un apóstol predicando el odio y
no el amor fraterno». Desde argumentos construidos con tosco y
malintencionado maniqueísmo asevera el autor que el trabajo de Joaquín Sánchez
está dictado por un obsesivo comunismo incapaz de diferenciar entre buenos y
malos.
Por esta razón, no es de extrañar tampoco, por el contrario, que se firmara un manifiesto apoyado por multitud de personas de prestigio social y cultural y entidades nada sospechosas denunciando la injusta acusación formulada por el citado columnista y expresando el apoyo al cura Joaquín por su ejemplar y generoso trabajo llevado a cabo en múltiples frentes siendo su testimonio una de las referencias de solidaridad y fraternidad en nuestra sociedad (1).
(1) Firmantes en
defensa de Joaquín Sánchez:
Francisco
Jarauta, Antonia Bernal, Carmen Sánchez Rojas, Fernando Bermúdez, Carmen
García, José Manuel Mira, Carmen Bel, Remedios Maurandi, Jesús Caravaca, María
José Lorente, Bernardo Pérez Andreo, Antonio Urbina, María José Bernal, Carlos
Trenor, José Molina Molina, Pura Melgares, Miguel Ros, Carmen Muñoz, Consuelo
Gómez, Alejandro García, Teresa Vicente, Felipe Iracheta, Josefa Cascales,
Francisco Ortuño, Silvia Abril, Juan Guirao, Juan José García, Begoña García
Retegui, Isabel Molina, Angel Salcedo, Pilar de Lorenzo, José Joaquín Irizar,
Carmen González, Patricio Peñalver, Carmen Rico, Gloria Alarcón, Carmen
Nicolás, Araceli Martínez, José Frutos, Resurrección García, Pura Muñoz,
Alfonso Herreros, Teresa Sancho, José López Albadalejo, Ángel Gimeno, Isabel
Ramos, Yolanda López, Carmen Noval, Mercedes Noval, Carmen Cremades, Pati
Dávalos, Ana Buj, Pilar Bermejo, Isabel Rubio, María Irizar, Cristina
Ruiz-Seiquer, Herminia Navarro, Florentina Salgado, Maury D. Huarachi, José
Antonio Ruiz, José María Pacheco Rocamora y Ginés Mateo. Yay@flautas, Marea de
Residencias, Palestina Libre, Comité Oscar Romero, Plataforma de Soterramiento,
Hoac, Entrepueblos, Cosal, Convivir sin Racismo, Foro Social, Murcia Acoge,
Asociación Beto, Asociación Amigos Ristona, Paren, Plataforma contra los
Desahucios, Marchas por la Dignidad, Círculo del Silencio, Justicia y Paz,
Comunidades de Base y Asociación Plataforma de la Emigración De Molina.
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